
¿Cómo y por qué debo proteger la piel cuando voy a la nieve?
Lo habitual es que relacionemos las quemaduras solares de nuestra piel con el tiempo soleado y el verano, pero no debemos olvidar que el sol está siempre ahí, con mayor o menor intensidad, durante todo el año. En estas fechas, en las que son habituales los viajes a la nieve debemos tener especial cuidado, porque esto puede ser muy peligros para nuestra piel, sobre todo en zonas como el rostro, cuello, escote, orejas, labios o manos.
No olvidemos que las radiaciones ultravioletas son muy potentes en alta montaña y zonas nevadas. Pueden ser las causantes de importantes lesiones cutáneas, que den lugar a un envejecimiento prematuro de la piel, manchas, quemaduras o aun peor tumores o cáncer de piel.
¿Por qué es tan peligroso el tándem SOL y NIEVE?
- La nieve actúa como reflectante de los rayos solares, lo que duplica su efecto nocivo.
- Por encima de los 1.000 metros de altura el efecto perjudicial de los rayos ultravioletas aumenta un 15 por ciento. Según los expertos, cada 300 metros, aumenta el riesgo entre u 4 y un 5 por ciento.
- En las zonas de montañas, el viento es más frío e intenso.
- Durante el invierno, estamos menos concienciados en cuanto a la necesidad de proteger la piel, ya que llevamos cubierto casi todo el cuerpo, pero CUIDADO con la cara, las orejas, los labios y las manos. La piel, además, suele estar más seca y deshidrataba por lo que es más vulnerable.
¿Cómo protegernos de sol en la nieve?
Ya hemos compartido contigo consejos sobre cómo cuidar tu piel ante la llegada del frío o sobre algunas de las patologías que se producen por los cambios bruscos de temperatura, y en este post vamos a centrarnos en la manera de proteger tu piel si estás pasando unas días en la nieve o en alta montaña.
- En primer lugar es imprescindible el uso de cremas de elevada protección solar, con factor entre 30 SPF y pantalla total, dependiendo del tipo de piel. Es más, existen algunas marcas que tienen formatos específicos para practicar deportes de invierno, con características especiales como el water resistant y texturas fáciles de aplicar.
- Zonas de riesgo: Rostro, labios y manos. Un detalle que a veces pasamos por alto: No te olvides insistir en la protección en la nariz y las orejas.
- En general, aplícate el protector al menos 30 minutos antes de salir.
- Repite la aplicación, cada dos horas, y antes si has sudado o la ropa en contacto con la piel ha podido eliminar la crema disminuyendo su eficacia.
- Los labios son una parte muy delicada en este entorno porque tienen una piel muy fina y, además, carece de glándulas sudoríparas y sebáceas, por eso se adaptan mal a los altibajos del clima. Recuerda usar protección e hidratación y repetir su aplicación con frecuencia a lo largo del día. Y, como te hemos comentado en otras ocasiones, evita humedecerlos con saliva, es contraproducente ya que en lugar de hidratar solo contribuye a una mayor irritación.
- Las manos también son vulnerables, así que van a requerir tu atención, con una crema adecuada durante el día y otra más concentrada durante la noche.
- Tras la jornada, una vez en casa y con la piel limpia, no olvides utilizar una crema hidratante para ayudar a tu piel a recuperarse del esfuerzo realizado para combatir las inclemencias del tiempo. Y si notas tu piel dañada, enrojecida o dolorida, opta por un serum o sustancia regeneradora.
- Por último, al margen de cuidados dermatológicos o más bien como complemento, es indispensable que uses gafas de sol homologadas, guantes, bufandas y gorros. Cuantas más barreras le pongamos al frío y el sol, mejor para la salud de nuestra piel.
Y por cierto, aunque no pases unos días en la nieve, y pese a que haga frío y el cielo este cubierto, estés en la zona que estés, la recomendación de los dermatólogos es que siempre uses una crema hidratante con protección superior a 15 SFP cuando salgas a la calle.
[…] siempre protector solar (sin olvidar los labios y orejas), tanto en invierno como en […]